Inicia demolición de algunos locales en Landero y Coss, en el malecón de Veracruz

Veracruz. — Esta semana inició la demolición de algunos locales ubicados sobre la avenida Landero y Coss, en el malecón de Veracruz, como parte del proyecto federal de rehabilitación de la Plaza Heroísmo Veracruzano. Sin embargo, sólo 10 de los 18 locales serán derribados por ahora, ya que los ocho restantes no pueden tocarse sin un permiso de la Semarnat, según denunció Ángel Hernández Ramos, presidente de la Asociación de Artesanos Fundadores del Malecón.
Hernández señaló que varios de los locales que siguen en pie cuentan con permisos vigentes y respaldo jurídico para continuar operando. Los que serán demolidos corresponden a concesionarios en situación irregular o con deudas, quienes aceptaron reubicarse voluntariamente.
“Nuestra presencia no es arbitraria. Tenemos concesiones válidas y no hemos recibido notificación oficial que nos obligue a retirarnos”, declaró Hernández, quien también negó que hayan presentado amparos para detener la demolición.
Del total de locales, 10 se demuelen por decisión de sus titulares, mientras los otros ocho continúan funcionando de forma legal. Muchos de los comerciantes que se trasladaron a los nuevos módulos en la avenida Insurgentes Veracruzanos estaban en regla, pero aceptaron la reubicación bajo presión, según el dirigente.
Además, denunció que autoridades como Profepa han ejercido presión mediante multas ambientales de hasta 80 mil pesos, lo que considera una estrategia coercitiva, a pesar de que los artesanos han trabajado en actividades de reforestación durante años. Por ello, están evaluando acciones legales.
A diferencia del proceso en Insurgentes, donde Semarnat sí autorizó el cambio de ubicación, en Landero y Coss no ha habido pronunciamiento oficial para modificar estructuras ni reubicar a quienes tienen permisos vigentes. Hernández advirtió que permitir demoliciones sin aval podría implicar responsabilidades legales.
El conflicto evidencia la falta de coordinación entre autoridades y la incertidumbre que enfrentan los comerciantes. Los ocho locales restantes operan con dificultades, bajo estructuras improvisadas que no ofrecen protección adecuada, pero con la esperanza de mantenerse gracias a su documentación en regla.